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ROMANCE DE LA LUNA Y EL SOL

ROMANCE DE LA LUNA Y EL SOL

A Matilde le gustaba mucho escuchar los cuentos de su abuela.

Esa noche la abuela le contó este cuento: Y soñado…soñando…llegó a un inmenso prado lleno de flores de todos los colores, que danzaban al compás del viento, bajo el sol. También había muchos árboles; algunos muy altos, otros muy bajitos, unos muy gordos y otros muy finitos.

Mágicamente el aire se pobló de mariposas multicolores; amarillas, verdes, algunas con pintitas y otras muy blanquitas…

Tras ellas, bandadas de pajaritos revoloteaban a su alrededor envolviendo el cielo de colores y trinos tan musicales, que sin querer, los pies de Mati comenzaron a danzar.

Todo era muy bello, pero Matilde no sabía adonde estaba, por eso se acerco a un gorrión que detuvo su vuelo para tomar agua en un charquito y le preguntó:

--Dime gorrión: ¿podrías decirme en qué país estoy?

El gorrión sorprendido le contestó:

--Estás en el país de las cuatro estaciones del año; Primavera, Verano, Otoño e invierno. Aquí siempre es primavera y siempre brilla el sol...¡Buuuuuu……!--Comenzó a llorar el gorrión.--¿Qué sucede ?¿Porqué lloras? Preguntó Mati secándole las lagrimitas con un pañuelito bordado de azul.

--Porque el sol está muy triste, pues se ha enamorado de la Luna pero nunca pueden encontrarse; También ella sufre de amor y casi no sale de su palacio para iluminar nuestras noches.-- Contestó el gorrión.

--¡Qué tristeza, un día sin sol brillante y una oscura noche sin luna!…pesó Mati y saludándolo siguió su camino.

De pronto vio en el cielo una bandada de golondrinas, llamó a una de ellas y le preguntó:-- ¿Adonde van tan apuradas?.

--¿No sabes? Las golondrinas siempre buscamos para vivir un lugar cálido, por eso vamos hacia la estación del Verano.-- Le contestaron a coro.

-¿Me llevas?--Preguntó entusiasmada a una de ellas.--¡Claro que sí, sube a mis espaldas!-- Le contestó la golondrina inclinándose un poquito .

Y así Matilde se marchó volando… volando… .montada en golondrina, hacia otra estación.

Al llegar comenzó a sentir mucho calor. La golondrina se posó suavemente a orillas de un río y se marchó saludando con su colita.

Tanto calor sentía que decidió quitarse el tapadito rojo.

Se acercó al río para tomar agua fresca y vio que entre las piedras asomaban muchos peces de colores que saltaban alegremente, dibujando enormes círculos en el agua.

También se bañaban allí canarios, gorriones, golondrinas y más lejos, una bandada de loritos multicolores. Despacito, para no asustarlos, se acercó a uno de ellos y le preguntó:

-Dime ¿Es esta la estación del verano, donde el sol calienta muy fuerte y la luna asoma redonda y brillante por las noches?.

Y sin más, el lorito comenzó a llorar-- Buuuuuu.............-

-¿Qué sucede ? ¿Porqué lloras?- Preguntó Mati secándole las lagrimitas con un pañuelito bordado de azul.

-Porque el sol está muy triste, pues se ha enamorado de la luna y nunca pueden encontrarse; también ella sufre de amor y casi no sale de su palacio a iluminar nuestras noches- Contestó el lorito.

- ¡Que tristeza, un día sin sol brillante y una oscura noche sin luna!. Pensó Matilde, y saludándolo siguió su camino.

Escondida tras un árbol observó como se paseaban muy orondos un montón de helados de todos los sabores: frutilla, frambuesa, chocolate, crema ...Claro, como el sol no podía derretirlos, aprovechaban para salir a caminar un rato

Pasaba por ahí un conejo blanco a quién preguntó:

-¿Conoces el camino que lleva al otoño?-

-Hummm...no lo conozco -contestó el conejo- pero si quieres el amigo viento te llevará hasta él, sólo debes esperarlo a la orilla del río ¡Adiós... y buen viaje!!- saludó agitando su patita.

Y así lo hizo, estaba en la orilla del río cuando...inesperadamente notó que su vestidito comenzaba a inflarse y su larga cabellera rubia se enredaba en el aire.

Y tomando fuertemente su tapadito rojo, remontó vuelo en los brazos del señor viento.

Luego de un rato sintió que era depositada, suavemente, sobre un montón de hojas secas donde jugaban unas ardillitas que, al verla, huyeron corriendo a sus madrigueras.

Al instante una garúa finita comenzó a mojar sus rizos, y colocando su tapadito rojo sobre la cabeza, decidió caminar rápido.

Asombrada, descubrió árboles que, casi, no tenían hojas y exhibían algunas ramitas peladas, que los pajaritos usaban como hamacas.

El viento y la garúa no le permitían ver muy bien, pero al fin encontró alguien con quien charlar.

Un zorrinito de cola muy larga se paró frente a ella y moviendo su hocico le preguntó:

-¿Quién eres?

-¡Hola, soy Matilde, y estoy paseando por la estación del otoño!

-Uy, Uy, Uy, - dijo el zorrino con aires de príncipe - Has llegado en mal momento niña,.... Buuuuuuu.......

-¿Qué sucede, porqué lloras?- preguntó Mati secándole las lagrimitas con un pañuelito bordado de azul.

-Porque el sol está muy triste, pues se ha enamorado de la luna pero nunca pueden encontrarse; ella también sufre de amor y casi no sale de su palacio a iluminar nuestras noches- contestó el zorrino.

-¡Qué tristeza, un día sin sol brillante y una oscura noche sin luna!. Pensó Mati, y saludándolo siguió su camino.

A una rana que halló en un charco le preguntó :

-Dime ¿Conoces el camino que me lleva al invierno?

-Humm...no lo conozco, pero si quieres ir debes seguir a las nubes grises, sólo ellas conocen el camino. ¡Adiós y... buen viaje!- contestó la rana

Las nubes volaban muy apretadas, cargadas de lluvia, truenos y relámpagos, pero Mati se trepó a una de ellas y volando...volando llegó al invierno.

Allí se colocó su tapadito rojo y comenzó a andar. En esa estación no había flores, y los árboles no tenían ni una sola hoja. En el hueco de unos troncos se acurrucaban los pájaros con sus pichones, todos con gorros, bufandas, guantes y escarpines. En otro lugar, una comadreja hacía fuego con leños secos para calentar su casa.

Matilde tenía mucho frío, así que decidió cobijarse en un árbol, pero sin querer entró en la cueva de una ardilla que estaba comiendo nueces.

-¡Hola! - saludó Mati.

La ardilla asombrada preguntó:

-¿Quién eres?

- Soy Matilde y estoy paseando, pero tengo mucho frío -

- Ven acércate, que aquí está calentito, aunque... no tanto como cuando el sol...está...Buuuu...-

-¿Qué sucede, porqué lloras?- Preguntó Mati secándole las lagrimitas con un pañuelito bordado de azul.

- Porqué el sol está muy triste, pues se ha enamorado de la luna, pero nunca pueden encontrarse, ella también sufre de amor y casi no sale de su palacio a iluminar nuestras noche- contestó la ardilla.

-¡Qué tristeza, un día sin sol brillante y una oscura noche sin luna!.

Pensó Mati y saludándola siguió su camino.

Matilde se preguntaba que podía hacer para ayudar a ese país...Pensó... pensó...y -¡Ya sé! - Gritó.

Llamó a una bandada de golondrinas que iban hacia el verano y les pidió ayuda.

-Podrían llevarme al palacio del Señor Sol- preguntó Mati.

-¡Sí ! ¿Cómo no ? le contestaron- y tomándola de su tapadito rojo con la punta de sus picos, la llevaron por el cielo hasta el palacio.

Cuando llegó tuvo que quitarse el tapadito, ya que el calor era demasiado.

Encontró al señor Sol muy triste y apagado en su trono dorado.

-¡Hola soy Matilde! - Saludó

-¿Matilde? ¿De donde vienes? ¿Qué deseas?- dijo el Sol casi sin aliento.

-Vengo de recorrer el país de las estaciones y quiero contarte que todos allí te extrañan; ¿Qué te sucede?

-¡Estoy muy triste, pues me he enamorado de la Luna y nunca podemos encontrarnos...Buuuu....-respondió llorando el Sol !

-¿Sabes? Me han contado que ella también te ama y quiere verte- le contó Mati tratando de calmar su llanto.

-¿En serio? , ¿Pero cómo podemos encontrarnos si cuando yo salgo ella se esconde?- preguntó el Sol entusiasmado.

-Si de verdad la amas, yo te ayudaré. Escucha tengo un plan Bsssss..... susurró a su oído.

Luego Mati voló con ayuda de las golondrinas, hacia el palacio de la Luna.

Al llegar la encontró pálida y sin brillo recostada sobre su lecho de estrellas azules y blancas.

-¡Hola!- se presentó- Soy Matilde y vengo a ayudarte.

-¿Ayudarme? ¿Cómo, si ni siquiera sabes qué me sucede?- respondió la Luna llena de asombro.

-Sé que estás enamorada del señor Sol y no pueden encontrarse-

-Así es ... pero ¿Cómo puedes ayudarme?

-Escucha ... - le dijo Mati al oído- Bsssssss....-

Nadie supo jamás que le dijo Matilde a la Luna y a el Sol, pero, al otro día... para sorpresa de todos... el Sol brillo en el cielo más lindo y elegante que nunca.

Cuando de repente... Todo el cielo se oscureció por un momento; la luna apareció en el cielo y tapó al sol.

Los científicos decían - es un eclipse- pero Matilde vio que se dieron un gran beso, se abrazaron y prometieron encontrarse, al otro día.

Es por eso que muchas veces vemos que siendo aún de día, la luna parece en el cielo celeste, muy blanca y redonda, ya que viene a hacerle compañía a su gran amor.

fin



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